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Chismes en el Trabajo

Publicado por Malena

el chisme en el trabajo

La gente a veces necesita matizar la tarea rutinaria de una oficina con algún comentario malicioso y ambiguo que brinde la oportunidad de convertirse en un tema para la polémica.

Es que el chisme atrae la curiosidad de los que están trabajando, y los anima a desviarse de obligaciones tediosas por un rato y tener el recreo psicológico que la mayoría está extrañando.

El chisme nace a partir de una novedad, algo diferente que se destaca del resto. Estados de ánimo, ropa nueva, encuentros amorosos, relaciones pecaminosas, inminentes anuncios de despidos, de ascensos, de lavadas de cabeza por algo mal hecho, y peleas internas que tratan de mantenerse encubiertas pero que fracasan en el intento.

El chisme tiene una doble función, ayuda a combatir el aburrimiento y al mismo tiempo baja las pretensiones de los que por alguna razón están orgullosos.

Es que en una oficina se recrean los mismos roles que en los hogares y en definitiva se comportan como una familia, mal o bien avenida según el caso, aunque muy en el fondo la mayoría pueda quererse un poco.

Porque el amor siempre es ambivalente, puede ser flor de un día y terminar abruptamente, ni bien alguno se atreve de buenas a primeras a mostrar los dientes.

Un chisme malicioso que descubre la parte oscura de alguien que provoca cierta envidia, conforma a todos los que no pueden salir de la mediocridad, justificando en algo su inoperancia.

– No hace nada pero por lo menos está informado de todo,

– no se cómo hace para enterarse,

– equivocó la carrera porque como periodista habría tenido éxito.

Esto es verdad, porque el periodismo es el mayor mercado que existe sobre este tema, nutrido con las desgracias ajenas, las trasgresiones que se atreven a cometer aquellos que viven de su público, que hacen punta y que dan que hablar a toda esa gente de los medios, que siempre está ávida de noticias para elevar el rating.

El chisme en el trabajo tiene generalmente el objetivo de desacreditar, y en el fondo sirve para mantener ciertas reglas sociales que los protagonistas de los chismes se atreven a ignorar.

El trasgresor tendrá que arriesgarse a padecer la crítica y ser triturado y despellejado por las fieras de ese circo mediático, que lo perseguirá hasta encontrarlo en la situación que confirme los chismes que dispersaron.

Una oficina es un microcosmos donde ocurren todos los eventos humanos, íntimos o públicos, y donde se despliegan todas los tipos de liderazgo, el autoritario, el ordenador, el pacificador, el saboteador, el seductor, todas criaturas que están desempeñando un rol y que se relacionan como pueden, tratando de atacar y defenderse como en cualquier otro campo de batalla.

El teléfono celular se ha convertido en el mejor cómplice de los chismosos porque es la mejor manera de pasar los chismes sin ser notados; y muchas veces esos mensajes pueden incluir fotografías comprometedoras que son las pruebas del delito.

La gente desea secretamente desbaratar los planes mejor guardados de los que están en falta cometiendo actos vergonzosos. Aunque sean inocentes y no perjudiquen a nadie, quieren derrotar al que está en el banquillo de los acusados, principalmente si es exitoso para poder verlo alguna vez vencido, porque a veces es imposible bajarlo del pedestal de otro modo.

Un chisme, aunque sea cierto, puede destruir a las personas, como ocurrió una vez con una vedette que se enteró por televisión que su marido también tenía relaciones sexuales con hombres.

Ese descubrimiento provocó la separación del vínculo conyugal y la destrucción de una familia.

Quién sabe qué hubiera ocurrido si las cosas no hubieran tomado estado público, porque aunque tal vez la mujer de todas maneras se hubiera enterado, el desenlace podría haber sido menos cruento, y mejor el resultado.

Porque las relaciones de una pareja son únicas y distintas y cada uno puede tomar las decisiones que quiera en su vida privada aunque los demás no las compartan.