Cómo vencer obstáculos
Hay personas que cuando fracasan, siguen insistiendo en hacer lo mismo una y otra vez, sin cambiar nada, porque creen que si son tenaces conseguirán lo que se proponen.
Los fracasos nos sirven para aprender a no seguir haciendo lo mismo y nos muestran que tenemos que cambiar la estrategia.
La posibilidad de cambiar es un signo de madurez, es lo que nos permite crecer y encontrar la forma de obtener lo que queremos.
Si identificamos cuál es el problema también aparece la solución porque es la confusión la que hace que no podamos resolver los problemas.
Lo importante es enfrentar los obstáculos y ser capaces de tomar la decisión necesaria para superarlos.
Los problemas difíciles pueden tener soluciones fáciles, pero pueden necesitar fortaleza de carácter.
La vida puede ser un valle de lágrimas lleno de obstáculos, o un paraíso digno de ser vivido y la elección de la alternativa, depende de nosotros.
Un problema no tiene una sola solución, puede tener muchas, nuestra tarea es tener la flexibilidad suficiente como para poder renunciar a lo que elegimos siempre.
Los obstáculos son los que nos obligan a cambiar el rumbo para poder seguir avanzando, ya que a veces retroceder es ganar impulso; porque no se trata de esforzarse para eliminar la dificultad sino de estar dispuesto a cambiar de planes.
Los condicionamientos aprendidos limitan nuestra perspectiva y nuestra forma de pensar definen nuestros actos. Nuestro esquema de pensamiento puede convertirse algunas veces en nuestro peor obstáculo.
Tenemos ideas preconcebidas y supuestos inconscientes sobre la realidad que damos por sentados y que no siempre coinciden con los hechos. Esta condición puede impedirnos cumplir con nuestros proyectos.
No siempre nos ocurren las mismas cosas, sin embargo, solemos aplicar los mismos modelos de comportamiento a todas las situaciones que se presentan aunque sean diferentes.
La mejor manera de cambiar es aprender a observar nuestro comportamiento diario, para poder darnos cuenta si hemos adquirido el hábito de responder de la misma forma en circunstancias distintas.
Si una conducta no nos sirve para avanzar y sólo nos produce estancamiento, no hay duda que hay que cambiarla.
Los cambios pueden empezar siendo pequeños y sencillos, casi imperceptibles, pero es un comienzo, o sea la posibilidad de atreverse a cambiar de a poco hasta lograr hacer cambios trascendentes.
Un problema que no podemos resolver, puede que otra persona que no está involucrada, pueda verlo de una manera diferente y señalarnos la falla de nuestro enfoque.
Tener proyectos es importante pero si son flexibles, porque si son rígidos pueden ser fuente de frustración.
Es necesario evaluar nuestras metas y ser capaces de buscar otros objetivos alternativos igualmente atrayentes, que pueden enseñarnos a evolucionar para conseguir lo que deseamos.
Todo proyecto tiene obstáculos, pero cuando existe una buena motivación y se tiene seguridad y confianza en uno mismo, los obstáculos dejan de ser lo que son para convertirse en nuevos desafíos.
A veces, querer hacer todo solo y no saber delegar funciones a personas que en algunas áreas pueden saber más que uno, convierten una buena idea en un fracaso
La idea puede ser de uno solo pero para concretarla es necesario que participen otros.