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El debate de los deberes escolares

Publicado por María Gómez

homework-624735_1280La comunidad escolar está inmersa en una polémica relativa a las tareas para casa. Muchos defienden la completa eliminación de las tareas, otros abogan por su obligatoriedad para reforzar los contenidos estudiados en el centro escolar.

Realizaremos hoy un breve análisis acerca de este controvertido tema en el que pretendemos extraer el lado positivo de ambas posturas así como delimitar aquellos aspectos que deben ser tenidos en cuenta a la hora de planificar las tareas.

Decidir que nuestros alumnos realicen tareas en casa tienen fundamento en caso de que ayuden a reforzar los contenidos trabajados en el aula, a profundizar sobre algún tema de especial interés, o de que colaboren en la adquisición de hábitos y consolidar rutinas, especialmente para niños con trastornos de la atención o que requieran cierto orden el la realización de actividades por el motivo que sea.

Además, constituyen una prueba de responsabilidad y de autonomía en tanto en cuanto ellos son los destinatarios directos. Los padres tendrán el deber de ejercer cierto control pero, en ningún caso serán ellos los que gestionen la agenda de tareas y, mucho menos, los que las realicen. Tendrán que estar disponibles para resolver dudas o aconsejar. Por tanto, actuarán como orientadores, no como actores.

Por el contrario, las tareas que implican una sobrecarga, que limitan dramáticamente el tiempo diario destinado al ocio, o que suponen emplear toda la tarde en esa tarea puesto que pierden la efectividad y su sentido.

Respecto a las condiciones que se deben tener en cuenta como la edad y la capacidad de los estudiantes, el tiempo que emplearán en realizarlos, o el objetivo pretendido. También se pretenderá intensificar el vínculo entre la escuela y el hogar mediante los deberes ya que es un espacio ideal para mantener una cercanía entre padres e hijos.

Resultaría importante personalizar las tareas ya que cada alumno presenta dificultades concretas que deberían ser tenida en cuenta a la hora de plantear trabajo específico para casa. Está claro que supone un conocimiento y un trabajo exhaustivos por parte del profesor y no siempre está dispuesto a tal esfuerzo.

Como conclusión, se pone de manifiesto la idea de que para que  los deberes cumplan su función eficazmente, sería preciso que cumpliera con determinadas características como que fueran breves pero convenientes, tan creativos como fuera posible no limitándose a la mera repetición o mecánica, y que fueran personalizados atendiendo a las necesidades y dificultades particulares de cada sujeto.

Los padres, por su parte, deberían reconsiderar algunas posturas extremistas y excluyentes, intentando siempre alinearse con el profesor en lugar de en contra de él. Si se discrepa con el docente en algún aspecto, lo más recomendable es acudir al centro educativo a reunirse con él en lugar de criticarle delante de los hijos, que son sus alumnos.

A su vez, los docentes procurarían no abrumar a los alumnos con cantidades desorbitadas de tareas para casa que serán recibidas por las familias como castigos. Como suele ocurrir, en el término medio se suele hallar la mejor solución.