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El Amor Contrariado

Publicado por Malena

Son hechos cotidianos los amores contrariados

Amores Contrariados

Julio se enamoró de Raquel, pero Raquel amaba a Esteban, que a su vez estaba loco por Susana, mientras que a Susana sólo le interesaba Pablo, que nunca había reparado en ella.

Estas historias son los hechos cotidianos que producen los amores contrariados.

Incontables páginas se han escritos inspiradas en los amores imposibles, que muchas veces fueron las experiencias auténticas de famosos escritores.

Es que todo lo que no se puede conseguir tiene un valor agregado y tiende a idealizarse, perdurando en el tiempo cristalizado y provocando heridas muy hondas difíciles de cicatrizar que impiden seguir adelante con una nueva relación sin repetir la misma historia.

Un amor imposible permite eludir el enfrentamiento con el otro sexo o por lo menos dilatarlo y esta puede ser una de las razones inconscientes de los que por ejemplo entablan vínculos difíciles de mantener, como las relaciones a distancia.

Esta situación se convierte en un obstáculo para la intimidad, que produce sentimientos opuestos, por un lado la esperanza y por otro el descontento.

Los seres amados pueden vivir a miles de kilómetros y sin embargo eso no es un motivo para que no se enamoren perdidamente e incluso se sientan impulsados a escribir cartas ardientes, plenamente confiados.

Pero la distancia es enemiga del amor cuando no hay besos o abrazos ni palabras tiernas dichas en persona; y puede caer en la trampa urdida por cualquier corazón al acecho, suelto y solitario.

Los amores ideales por Internet también son la oportunidad que tienen las personas que temen el contacto y al posible sufrimiento que puede provocarles una desilusión en la vida real, sin saber que es la mejor manera de volver a caer en el nuevo desengaño de un amor contrariado.

Son amores que se viven como si fueran reales pero son irremediablemente virtuales, probables seres inventados, inexistentes, que aparentan reunir los requisitos que se desean para ser amados y deseados.

La realidad puede ser cruel si uno se empeña en buscar el amor ideal, pero tiene vida, es real y verdadera y siempre puede ser aceptada o desechada.

Construir un amor por Internet es como construir un castillo en el aire, sin sustento, la probabilidad que se desmorone es muy alta, además de que simplemente puede no existir.

Puede ser alguien casado o comprometido o libre pero con la intención de divertirse con la ilusión ajena; porque Internet es ante todo entretenimiento mediante comunicación e información no siempre confiable.

El amor contrariado nace también del deseo de tener lo que tiene el otro y de arrebatarle la felicidad como si fuera un objeto, y hacerlo propio.

“No sabía que tenía novia o que estaba casado”, puede ser una frase que oculta otras intenciones, porque en general las personas ven solamente lo que quieren ver.

Muchas veces un hombre comienza una relación con alguien que lo persiguió, para no quedar como un estúpido, porque el machismo es más fuerte que cualquier otra cosa. Luego, una vez obtenido lo que deseaban, comienza la rutina de la indiferencia, las ausencias inexplicables, los indicadores de que hay otra mujer en algún lado que está siendo engañada.

Para no sufrir de amores contrariados en la red, hay que aprender a leer entre líneas, porque todo lo que una persona escribe o dice, refleja mucho de ella misma, como su manera de pensar, su edad aproximada, hasta si es hombre o si es mujer.

Algunos chicos jóvenes lamentablemente apenas saben escribir y apenas cuentan con un vocabulario reducido entendible, de modo que se ponen de inmediato en evidencia.

En relación al amor hay que aprender a mirar, ser más observador, tratando de detectar lo que la persona no muestra, que es casi todo, porque para relacionarse la mayoría tiene muy bien puesta su máscara.

No obstante, considero que la mirada seguirá siendo siempre el mejor medio para encontrar el amor. Mirar al que nos mira, ese es el verdadero encuentro entre dos personas, no poner los ojos en el que está mirando a otro o a otra o al que ya tiene pareja y esté mal o bien con ella.