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El «caso clínico»

Publicado por Betina Ganim

el caso clínicoPresentar un caso clínica en cualquiera de los dispositivos armados para estos fines, es otra de las cuestiones que se tienen en cuenta en la formación analítica; en la formación y en la transmisión, ya que se aprende mucho de eso, de la clínica precisamente.

Puede también ser otra de las vías que abre la pregunta de ¿Qué es un analista?

La presentación de casos es entonces una práctica fundamental en psicoanálisis, y en principio tenemos que preguntarnos qué es un «caso».

Como para esto no hay una respuesta precisa y mucho menos unívoca, podemos hacer algunas precisiones al respecto.

No se trata de contar con cánones universitarios que determinen cómo uno debe presentar un caso clínico; más bien se trata del «estilo» del analista, de su escucha, de su escritura, de su implicación y de su transmisión.

Es muy variada y singular la manera en que los analistas presentan su caso, su propia clínica, pero si hay algo en lo que se puede converger es en la orientación, en una perspectiva que es común a aquellos miembros de una comunidad analítica, que se orienta políticamente por una misma enseñanza.

Eric Laurent dice que la particularidad de un caso reside en la distancia respecto del «modelo», lo mismo que inscribe la presencia del analista allí.

De aquí podemos irnos a la etimología y encontramos que «caso» proviene del latín «casus»: «algo cae». Un interesante punto de partida para ahondar en este tema de la construcción de un caso.

En principio sabemos que la manera que más usualmente tenemos los analistas de verificar los efectos de formación es presentar un caso clínico; de esta manera, el analista expone frente a una comunidad, su propia clínica. Esto tiene sus consecuencias, de hecho hay cierto «retaceo» en hacerlo, solo por el hecho de la «exposición», por lo que esta práctica a veces no es tan «usual» en algunos espacios… Esto porque esa «exposición» implica exponer justamente lo que se hace en la soledad de la consulta… También estas consecuencias tienen que ver con la comunidad a la que se dirige esta actividad, por lo que tenemos muchas variables respecto de esta misma cuestión de la presentación de casos clínicos.

Lo que hay que tener en cuenta es que esta práctica es en la historia del psicoanálisis supone una transmisión.

En Freud y sus relatos de casos (que son brillantes) encontramos una clara influencia (en su escritura) de la novela romántica alemana. De esta amnera tenemos los casos Dora, Juanito (pequeño Hans) y el Hombre de las Ratas. Alllí Freud consideraba que el caso demostraba la eficacia de sus interpretaciones (de sueños, de síntomas…)

Pero esta manera de relatar un caso se rompe cuando la envoltura formal del síntoma se impone a la eficacia interpretativa. Un real que rompe con lo «novelado», y que lo tenemos en el giro de los años «20…

Lacan, por su parte, introdujo la necesidad de transmitir la coherencia lógica del caso, y elevó los casos freudianos a paradigmas (Dora paradigma de la Histeria, El Hombre de las Ratas de la Obsesión, Juanito de la Fobia)

Lacan destaca la escritura formal, ya que permite dar cuenta de la posición subjetiva en juego, dando lugar así a lo más singular.

FUENTE: Revista La Cita, año 2004.