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Yo Ideal, Ideal del Yo y la época

Publicado por Betina Ganim

el arte d elo imposible

Del experimento del estadio del espejo, tal como hemos venido situándolo en los posts inmediatamente anteriores, PODEMOS DECIR QUE LA IMAGEN ES NECESARIA EN LOS ANIMALES A LOS FINES DE DEFENSA, DE SUPERVIVENCIA, Y A NIVEL SEXUAL. PERO NO NECESITA DE LA IMAGEN PARA CONFORMAR SU CUERPO.

Ese sería el déficit propio de nuestra especie humana, por l cual podmeos decir que nacemos prematuros, inacabados.

Es así que al menos tendremos que sospechar que esta rara especie , la especie humana, va a tener ciertas dificultades con los comportamientos sexuales y con los objetos del deseo en general.

Esta modalidad de la experiencia de lo imaginario en el estadio del espejo determina también una temporalidad propia de lo imaginario: se está de un polo o del otro en la identificación, pero nunca podrá captarse tal cual es, verse tal cual es.

Y esa es una temporalidad particular que Lacan llama “de la insufiencia a la anticipación”. Esto quiere decir que estamos del lado de la fragmentación corporal y uno se siente en menos, medio bajoneado, deprimido, apocado, descoordinado; o está hecho un agrandado, un chulo, un fanfarrón, canchero, no sé qué sinónimo utilizar aquí. Se siente más. O en más o en menos.

Y si pensamos en la experiencia clínica, con nuestros pacientes, o nuestros propios análisis, uno está muchas veces del lado del menos y otras del lado del más en lo que hace a lo imaginario; estamos en una oscilación permanente en este registro. De la insuficiencia a la anticipación. Bien. Esto entonces lo llamamos la IDENTIFICACIÓN IMAGINARIA. Que en lenguaje freudiano podemos homologar al yo ideal: i(a).

Es decir, el que se constituye en el estadio del espejo ese es yo ideal, esa i(a). Este es distinto al Ideal del yo que escribimos I(A)

Ahora bien, toda esa oscilación del campo imaginario, todos esos fenómenos de identificación imaginaria, clásicamente tienen un regulación por otro orden. Se necesita de la intervención de otro registro para poder ordenar, coordinar, apaciguar todos esos fenómenos que podemos ubicar en el eje imaginario, especular, propio del estadio del espejo.

Ese otro orden, que es lo nuevo que introduce Lacan, ese, Orden Simbólico. Y si digo clásicamente es por que lo que justamente hoy en día está en cuestión es ese orden simbólico como regulador de esta serie de fenómenos imaginarios que conllevan su goce. En esta época del texto del Estadio del espejo, este orden simbólico se lo piensa como el Ideal del Yo.

El ideal del yo son las referencias del sujeto, nada más y nada menos.

En esta época podemos decir que se trata de la sustitución de ese Ideal del Yo por el Yo ideal. Parece que hay ahí una sustitución que nos permite leer varios de los fenómenos de la época, desde sexuales a políticos, del interior de la familia al concepto de familia mismo; a las relaciones de pareja….

Es decir, no hay una regulación de los fenómenos imaginarios por la intervención del Ideal del Yo como instancia simbólica, de referencia; no se trata ya de la primacía de lo simbólico, el poder de la palabra.

Hay más bien un descenso de las funciones simbólicas del Ideal del Yo, de las referencias del sujeto, y un ascenso del Yo ideal y de los fenómenos imaginarios correlativos.

FUENTE: DAMIANO, J. M. «Desde la perspectiva del cuerpo» Cita Ediciones, La Plata 2013.