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El yo es loco

Publicado por Betina Ganim

amor y pulsion

Hoy me gustaría detenerme en una referencia que les dí el post anterior: una clase del Curso de Miller «Donc», que se titula «La estructura general del desconocimiento» -a propósito de lo que les vengo transmitiendo en relación a la primera versión de la noción de cuerpo en Lacan. Esa primera versión tiene que ver con la estructuración imaginaria del cuerpo, sostenida en una referencia simbólica.

Miller en esta clase empieza hablando de un personaje de Hegel «el loco». El loco hegeliano es para Miller un personaje esencial de la clínica psicoanalítica, ya que, siguiendo a Lacan, el yo es loco. ¿Qué queremos decir con esto? Que el yo está siempre preñado de delirio y esto es algo que Lacan lee en Freud con Hegel. Y tiñe a la primera clínica lacaniana.

A pesar de todas las transformaciones que se han producido a lo largo de la enseñanza de Lacan, ésto sigue siendo una constante: el yo es loco, es delirante. Y es una constante por la validez que implica, aún cuando la función de la palabra y del lenguaje 8lo simbólico) son conceptos fundamentales de la experiencia analítica. Una cosa no quita la otra.

Lo que Miller nos quiere indicar en esa clase es que esa teoría del yo no es para nada una vía muerta, abandonada en el desarrollo de la enseñanza de Lacan. Sino que para él hay ahí un posición definitiva respecto del tema, que organiza y determina una concepción de la cura y del final de la cura. Veamos el desarrollo que hace Miller en esta clase.

Lacan reinscribe su clínica de la psicosis en la posguerra, ya lo hemos dicho varias veces, con su tesis sobre un caso de paranoia que él llamó de autocastigo: el caso Aimée. Él denomina esta clínica como una «estructura general de desconocimiento»; una estructura que es general porque el desconocimiento se le atribuye al yo. En sus Escritos, Lacan habla del yo en su «función de desconocimiento».

Lacan propone como primera fórmula de desconocimiento que afecta al yo, para, podemos decir, luego rechazarla.

A ver, tenemos una fórmula: el el yo se cree otro que el que es. Esta fórmula opone a su ser actual, su ser imaginario, virtual (los remito a posts anteriores para «refrescar» esta cuestión de la formación del yo especular); sino que es su IMAGEN VIRTUAL, que tiene una deformación, podemos decir, un velo, de aquella imagen original. Esto ya muestra una escisión entre el ser y su imagen, pero a la vez, la redobla con la oposición real-virtual.

No se trata solo de que él se ve, que se considera en su imagen (que demuestra la simple relación especular) sino que él modifica esta imagen, bajo la incidencia de una creencia que se presta a la sátira, dice Miller.

Y nos da el ejemplo de los moralistas, que se caracterizaron por ridiculizar en el hombre esa creencia de creerse lo que no es, para reconducirlo a su miserable condición.

Pero lo que Miller dice aquí es que esta fórmula de «crease otro que el que es» no es suficiente para explicar de qué se trata en el desconocimiento; por lo que propone la fórmula «creerse lo que uno es». El problema del desconocimiento no es tanto «yo soy otro» sino más bien la ecuación directa yo=yo, que no es otra cosa que el narcisismo.

FUENTE: MILLER, JACQUES-ALAIN. LOS CURSOS PSICOANALÍTICOS DE JACQUES-ALAIN MILLER. «DONC LA LÓGICA DE LA CURA». ED. PAIDÓS, 2011